5 de junio de 2017

LA ESCALADA COMO ESCUELA DE LA VIDA (FILOSOFANDO…)

La escalada es como la vida, es cómo te la tomas, es como aprendes, es como luchas, es como te enfrentas a los problemas, es cómo te frustras y tu nivel de frustración, es como eres de paciente, es como te concentras, es como te planteas la vida, como te relacionas, como te expresas, como vives la vida.


Pero a qué me refiero cuando digo que la escalada es como la vida.

Imagina que tu vida es una vía de escalada. Conoces el final de esta. Todas las vías terminan igual. Con el final.
También comienzan igual, con un primer paso, con un empujón que te hace salir de la zona de confort.
Por lo tanto, lo importante es el camino que recorres hasta llegar a ese final.
En dicho camino te encontrarás con problemas, a veces los resolverás audazmente y otras te quedarás estancado en él.
Aquí puedes “hacer trampa” para superarlo, usando todo lo que tengas a tu alrededor, incluido el compañero que te asegura u otros escaladores que están en otra vía. También puedes volver otro día, con mayor experiencia y conseguirlo por tus propios medios.
En cualquiera de los casos el miedo al fracaso estará ahí.


En esos momentos no engañas a nadie, solo a ti mismo.

Si consigues pasar ese problema, llegará otro, quizá más difícil y aun más lejos de la zona de confort que da estar en el suelo.

Pero también puede ser más sencillo, porque ese tipo de problemas se te da bien y hace que te animes a seguir adelante.

Ya de lejos, te pre-ocupas y el siguiente problema sabes que no lo vas a conseguir. Puedes hacer dos cosas, intentarlo o bajarte y arrepentirte de no haberlo al menos probado.

Arriesgas y caes, y te haces daño. El dolor hace que te bajes de la vida…digo la vía, y pases un tiempo en la zona de confort.
Puedes quedarte estancado en este cómodo, aunque fatal lugar, o recuperarte y volver a ese problema que te ha hecho daño y salir por arriba hasta el siguiente nuevo problema.


Decides tirar y resuelves mejor de lo que esperabas, de nuevo estás en la vía y la incertidumbre te asalta poco tiempo después de superar este difícil paso. La vía sigue y ahora tienes más experiencia y la experiencia es un grado.
Ya queda poco para llegar al final de la vía y de vez en cuando miras abajo y alucinas de lo que has hecho, aunque haya momentos en los que has hecho trampa y te hayas engañado a ti mismo, estás satisfecho con lo que has hecho porque no te has rendido fácilmente y lo estás dando todo.

Estas cansado, muy cansado, y sabes que aun hay que dar un último empujón para llegar a la reunión. Al final de la vía. Y sabes que es lo más difícil porque llevas encimas mucho trabajo y tiempo en esta vía que ha hecho sacar lo mejor y lo peor de ti.

Aprietas, lo das todo… y terminas la vía.


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