POR TIERRA, MAR Y AIRE (ZONA DEL ACEBO, PEDRIZA)
Sitio nuevo, fisuras y soledad casi garantizada, tres alicientes suficientes para animarme a salir este sábado a pesar de la gran pateada de dos horas hasta llegar a la zona del Acebo, una prueba algo radical para ver que tal va el semitendinoso y así pensar de nuevo en proyectos de largas paredes y aproximaciones.
Sábado 28
La meteo prometida sin lluvias se cumplía, pero también el frío que iba a ser la nota predominante seguida muy de cerca de una tenaz niebla que nos dejaría imágenes tan poco habituales en mis ojos como un mar de nubes a tan baja altitud desde el Yelmo.
Esta vez nos juntamos Laura, Diego (Makina) y Alberto (Karkajadas), este último bloggero que solo conocía por Internet. Con él compartiría cuerda ese día.
Para llegar a esta zona, tan solo hay que subir a la pradera del Yelmo, continuar hacia el collado de la Dehesilla y en seguida veremos al Oeste la característica forma de risco del Acebo.
¡Dos horas de pateo con peso y la pierna va genial!
Poco después de llegar a su pies, vemos como la niebla sobrepasa el límite que había establecido ofreciéndonos ese espectacular mar de nubes, para invadir nuestra altitud actual y convertir la zona en una nevera.
La tempe cae rápidamente y nuestras intenciones de probarnos en la atractiva y algo desplomada vía Camino de Hércules,...
...un 6b de fisura de manos, que ya con sol se presenta algo tétrico por no tocarle la luz hasta bien avanzado el día, se ve truncada y decidimos esperar a ver si la niebla se disipa y sube la tempe, mientras nos hacemos una vía en el risco que hay enfrente llamado La Torre.
Risco de aspecto roto y con roca “vieja” que nos inspira de todo menos confianza.
Pero la Biblia confiesa grados de IV+, por lo que decididos nos metemos en ella dudando desde abajo qué ropa subir. En el último momento me quito el forro subiendo con una camiseta y el chaleco únicamente, elección que pagaría poco rato después.
Comenzamos por la vía Reina Sol (nuestro subconsciente nos quiere decir algo) abierta por Cecilio Yubero en el 92 siguiendo la debilidad principal de la pared…y con debilidad de la pared me refiero no solo a las fisuras, sino a que la roca está muy inestable y da miedo cogerse de algunos bloques, no obstante el recorrido me gusta a pesar de su suciedad, siendo el tramo final que decido hacer por una amplia chimenea de unos 4 ó 5m que está a la izquierda y por donde parece ser no va la vía, pero a falta de aseguramiento fijo en la pared busco la lógica del recorrido y por supuesto la posibilidad de protección.
Al llegar a la gran repisa, busco algún resquicio de reu y encuentro un clavo al fondo, donde comienza un gran diedro/chimenea con un bloque encajado más arriba.
Allí también descubro el espacio dejado por un Spit. Que sería perfecto para acompañar al clavo en la reu. En su defecto coloco un nº 3 y un Alien amarillo para reforzar el alto clavo.
Poco rato después de llegar Alberto a mi posición, la niebla se ha apoderado de la zona y no vemos más allá de 5m.
En teoría la vía sigue por el lado izquierdo, pero las primeras placas no me atraen demasiado y más sabiendo de lo descompuesto de este primer largo y la humedad que ya reina inexorable a nuestro alrededor.
¡Juer que rasca!
Consulto a Alberto y me cede la decisión y la posición de la cordada.
Tiro por el gran diedro/chimenea y su lado derecho y que según guía es IIIº. En mi opinión el IV+ si que se lo lleva y más con la capa de musgo que reina por todos lados.
A mitad del segundo largo, aparece Diego en la repisa y tras él Laura que está atenazada de frío.
Justo a la altura de las ramas del árbol que asoman por la derecha, se sale a placa y se monta reu bajo unos bloques que forman una fisura horizontal y la posibilidad de hacer un puente de roca.
Lo acompaño con un nº 4.
Unos minutos después Alberto está a mi lado y poco rato más tarde en el árbol, donde existen recientes cordinos abrazando su base (sin maillón) por los que pasamos la cuerda hasta mitad, haciéndonos unos nudos al final, por dudar de la extensión del rapel.
Tras esperar a que bajen Laura y Diego, corremos a por los plumas para volver a recuperar el calor perdido.
En la bajada tenemos un despiste que la niebla ayuda a que perdamos algo de tiempo buscando el camino correcto y es que la animada conversación que mantenemos para también olvidar un poco el frío que hace y que el viento acompaña para conseguir una sensación térmica por debajo de los 0ºC, hace que mal identifiquemos una parte del descenso.
A eso de las 18:00 estamos tomándonos una Clásicas con mejor temperatura en Cantoco y con la mente puesta ya en el siguiente finde.