3 de septiembre de 2007

RESULTADO CONCURSO 3º ANIVESARIO

No es lo mismo elegir una foto que crear una historia, no es lo mismo exponer una opinión sobre un tema en concreto, que desarrollar una vivencia.
Está claro que os exigí demasiado y soy consciente de ello.

Digo todo esto por que el resultado ha sido bastante escueto en lo que se refiere a participación.
Seguro que intenciones hubo muchas, pero es lógico que finalmente no se llegasen a enviar.

Por otro lado, lo bueno de que haya habido sólo dos envíos de historias de montaña es que no será muy complicada la elección.

Para evitar discusiones, creo que lo mejor es que los premios sean por orden de llegada en vez de por calidad de las dos historias.

Por lo tanto para el primero en enviar será el modelo nº 01 y para el segundo, el modelo nº 02.
Se enviará por DHL y los costes correrán a cargo mío.

Y ahora,sin más dilación os dejo con las dos historias de montañas recibidas:


LA PARED QUE ESTA AQUÍ Y ALLÁ Y ES OMNIPRESENTE. “Nos la vamos a comer con patatas”. Eso dije a mi compañero antes de dejarnos engullir por aquella pared monstruosa. Llevábamos demasiado material porque nos faltaba pericia. Cuando uno no consigue “ser” (dijo el Pequeño Saltamontes), al menos puede “tener” (por un precio desorbitado) un montón de cacharros capaces de engrandecer el espíritu de uno en los momentos críticos. A mí me llegó, el primero de esos momentos, en una fisura ciega del segundo largo, donde no pude colocar ni un seguro decente. Si yo, que llevo un lastre de 3 kilos y 600 eurazos en anclajes, no puedo colocar una protección fiable, “los demás que suben por aquí” tampoco pueden. Eso pensé. O lo que es lo mismo; “esto se hace así”. Pero no se hacía así, se hacía escalando mejor que yo para no caerse, y yo estaba haciendo méritos para agruparme con “los demás que se caen por ahí y se descalabran”, colectivo en el que no había pensado hasta que me vi haciendo malabares en el paso clave. Decidí no unirme a ese grupo de gentuza, con un poco de sangre fría y empeñándome mucho; parecía que me querían con ellos, los muy cabrones. La cosa siguió su curso; nos fuimos enmarronando, mi colega y yo. Primero vino un “posible embarque” que nos fue imposible evitar, el desvío se echó a un lado sin decir nada. Después asumimos la consabida dificultad imprevisible de la vía, diedro puto por aquí, placa lisa por allá, fisura mal dimensionada que no encaja con mi fisurero, y si esto es quintomás la “Salathé” es tercero. Más tarde llegó el turno a los conflictos internos, es reconfortante tener un amigo cerca a quien echar la culpa de las desgracias; que si llevas una hora en este largo, cabrón, y me estoy enfriando; y perdona chato pero si quieres lo haces tú; y te reconcilias, claro, es mejor el frío. Nos habíamos metido en un berenjenal de esos que te obligan a concentrarte para salir de él. Nos habíamos metido para salir, porque salir es divertido y edificante y refuerza los lazos personales (cuando no los rompe) y además imprime carácter. Y si no te metes no puedes salir; pero hay que saber salir y no estábamos seguros de eso. En el horizonte acechaban penurias. Una de las penurias fué el tiempo, las horas volaron sin tenernos en cuenta, ajenas a nuestras hazañas, y tuvimos que darnos prisa, sobre todo cuando vino otra penuria en forma de nube. Las nubes son como agujeros negros del tiempo, porque uno cuenta con tener tiempo hasta que llegue la noche y en realidad tienes tiempo hasta que llega la nube, que suele llegar antes. A nosotros nos llegaron las dos, nube y noche, negras y chungas las dos, pero ya estábamos en el tramo fácil de salida; convenimos que era fácil, decidimos que lo fuera, nos convencimos de ello. Llevábamos una linterna frontal, y encontramos la línea de rápeles, y no se nos engancharon las cuerdas porque hicimos el nudo que hay que hacer para que no se te enganchen las cuerdas, y pudimos regresar al refugio. Allí comimos los bocatas más ricos del mundo, que sólo pueden ser tan ricos después de cosas así, y tomamos las mejores birras (pasa como con los bocatas), y un cigarrito viendo la luna cuando se fue la nube, y contamos batallitas, y había una italiana con coletas a la que también hubiera querido comerme con patatas, y entendió algo de lo que yo le contaba, y era la chica más guapa del mundo porque era la única chica del refugio, y porque había venido con su primo y no con su novio (si hubiera venido sin chico no sería de éste mundo), y dormimos como troncos aquella noche, la italiana cerca de mí porque yo le molaba, y supimos que no hay en el mundo más felicidad que aquella, esa gloria que algunas veces, con algo de suerte, si nos lo curramos bien, dejamos que nos inunde.



Carrera perdida
Aunque Oriol nunca había puesto los pies en su club de Montaña del pueblo, saber que su Club ofrecía unos Euricos a los socios para ayudar en la carrera de orientación que organizaba haciendo de control, le convenció.

El día de la prueba, como así le habían indicado, se presentó seis horas antes de la prueba en la sede de su club.

Le asignaron el puesto de control numero 12, y tras una justota reunión para dar la correspondiente información y validación a cada control, partieron juntos en coches 4x4 para ser repartidos des del camino hacia su debido puesto.

De modo programado, a cada señal del conductor y coordinador, los controladores saltaban de dos en dos y desaparecían entre los bosques del valle.

El salto de Oriol fue ciertamente ágil y espectacular... su hija se habría sentido orgulloso de ello...

Eyo ando.. ando y ando.. mirando su mapa... y ando…

Pasado una hora, por fin Eyo se autoconvenció que realmente estaba perdido....
ando y ando otra vez…

Su suerte cambió de golpe: Le tranquilizó ver a lo lejos otro control.
- !El numero 13!- exclamó.

Se acercó.. para preguntar...
-Bonito día para competir, eh?- Dijo Oriol con la mano alzada para aparentar un tranquilo saludo e intentar ocultar que no tenia ni idea de donde se encontraba…

Se miraron...
Se miraron fijamente...
Se miraron sus manos…
Los dos aún tenían la estaca en la mano…
Y el mapa arrugado…

- ¿Tu también has queriendo ayudar por cinco euros al Club sin haber visto un mapa en tu vida, eh? – Dijo Oriol!


¡Enhorabuena a los premiados!

4 comentarios:

Fer dijo...

Vlady,
Soy de "esos" que pretendía participar y al final no lo he hecho. En fin, a la próxima.

Me han gustado las dos historias. Queda por saber en qué quedó lo de la italiana...

Slds.

Vlady dijo...

Que hay Fer:

Dicen que la intención es lo que cuenta ;)

En no mucho tiempo habrá un nuevo concurso en el que podrás participar, este, menos literario y más de búsqueda. Será cuando llegue a las 100.000 visitas, lo cual no falta mucho.

Salu2

David Urquiza dijo...

La italiana me la ligué y es ésta;
http://www.flickr.com/photos/davidurquiza/1027663374/

Fer, la intención no cuenta. Tu voto sí. Gracias.

Vlady, tío, al Fer este cuéntalo como un voto para mi historia, porque se nota que le ha gustado más, que le han gustado las dos pero la mía más, y con su voto tengo mayoría absoluta, y yo no he ganado nada en mi vida y quiero la camiseta Nº1, y si te estiras y pagas los portes yo te lo pago en birras cuando vengas por estas tierras. Que, por cierto, ya toca (aunque ahora ando liadísimo; pero el último finde de Septiembre planeo una tapia pirenaica y el siguiente a Riglos, si te animas me cuentas).

Vlady dijo...

Que hay David:

Menudas te las gastas jejeje.
Muy maja la italiana ;)

Pues sí macho, ya toca subir, aunque me va ser complicado lo de ese finde ya que es el de Navalameca y este año quería ir.
De todas formas, espero que siga en pie lo de Octubre y ese Midi que propusiste, que aunque no enuentre compi de viaje, es muy posible que me apunte igualmente.

En breve te llegará la camiseta mod. nº1 ;)

Nos vemos!

Salu2